Al abrirlo, se proyectaba una luz que no podíamos ver pero que al llegar a mis ojos, se convertía en arcoíris porque había en ellos una lágrima de emoción. Metía la mano y sacaba un collar de princesa enmarañado entre los dedos, un arco y algunas flechas para jugar a los indios y un caballo por si jugábamos a los vaqueros, muñecas rosas, pelotas amarillas… todo lo iba dejando en el suelo a mi alrededor. Cuando ya no había nada más que sacar del baúl te miraba ansiosa y te preguntaba a qué jugábamos. Entonces el arcoíris de tus ojos alumbraba la habitación.
MANICOMIO 251
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*Domingo.*
*No hay terapia*
*en el manicomio.*
*Terremoto Crazy está feliz.*
*Ha dormido bien*
*y tiene todo el día*
*para disfrutar con lo que quiera.*
*Par...
Hace 14 horas