miércoles, 19 de mayo de 2010

Sencillo


No por tu mandato
ni por obligación de mis flaquezas
preparo tu desayuno,
aderezo tu cena
caliento tu cama o invado tu sueño.
El simple grito de tu ternura
me despierta al llegar el día
y tu vida se acerca a mi
para recoger lo que siembra.