Dejo de sentirme incapaz y suplicante cuando el agua, se convierte en una diosa benévola y amiga que baña la cordillera de mis deseos. Cada gota es un golpe del oleaje directo al cerco de la lascivia. A modo de tenedor y cuchillo mis dedos juegan debatiéndome entre noes y sies. Absurda polémica si sabes que antes de abrir el grifo ya todo está decidido. Te voy a comer el alma, comienza a saborear la mía hoy mismo.
OSCURECIENDO
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*El mundo*
*oscurece sin remedio.*
*Hasta los jóvenes*
*están sombríos y apagados.*
Hace 18 horas