Vine a buscarte
desde la meseta desolada
cuando el ansia
rezumaba gota a gota.
Cansados de caricias desnudas
que paseaban por laderas opuestas
descubrimos nuestras grietas
vaciando el alma de fetiches.
desde la meseta desolada
cuando el ansia
rezumaba gota a gota.
Cansados de caricias desnudas
que paseaban por laderas opuestas
descubrimos nuestras grietas
vaciando el alma de fetiches.
Me convertí en la gata que eligió su cascabel.