La alegría arribó en aquel mar sin orillas
a carcajadas desde su ombligo,
creció como en primavera las frutas
y en agosto,
fue lo mas dulce que había sentido.
Dejó de tratarla el siquiatra,
su ginecólogo lo había conseguido.
a carcajadas desde su ombligo,
creció como en primavera las frutas
y en agosto,
fue lo mas dulce que había sentido.
Dejó de tratarla el siquiatra,
su ginecólogo lo había conseguido.