Cuando la dijo que hacía días que llovía le respondió :
“Yo soy la lluvia y tú eres el mar”
Era así de sencillo, uno era parte de y gracias al otro. Él añadió:
"Tú una orilla y yo la otra orilla del mismo rio"
Y entre tanta y tanta agua les iba faltando el oxígeno.
Y les costaba respirar.
(Foto: Siempreviva de montaña mojada)