lunes, 6 de julio de 2009

Naturaleza íntima

Cuando salió de la tienda llevaba en la jaula la albina. Se acostumbró rápido a la casa y por las noches se enroscaba y dormían juntas en el mismo colchón. Después de tres años de compañía dejó de subirse a la cama y aparecía totalmente estirada sobre la alfombra del salón. Volvió a la tienda de animales para ver qué la sucedía y tras comprobar que había mudado la piel, el veterinario la dijo: “despídete de ella porque vamos a sacrificarla. Tu boa, te está tomando las medidas.”


(imagen: de unos ojos que te miran)