miércoles, 4 de noviembre de 2009

Briznas de otoño.




Las briznas de otoño que son sus ojos
me sonreian tras las cortinas de sus pestañas.
Fue una invitación al olor de su cuello
a la humedad turbada de su sexo
al silencio íntimo de su boca.
Fue una invitación callada.
Años después sigo pidiendo
que cuando me bese, me clave su mirada.