miércoles, 24 de marzo de 2010

Lagunas


Aprendí a ser una sirena
cuando me sumergí en la laguna de tu olvido.
Lentamente me cubrieron el cuerpo las escamas
me creció el pelo,
y las piernas se me unieron por no caminar contigo.
Ahora nado en el fondo del agua
y cuando la lucidez te atrapa te preguntas
qué es la forma plateada que salpica tu memoria,
hasta que vuelve a atraparte el olvido.