martes, 26 de octubre de 2010

Corazón yerto.


Esta mañana se me helaron las carnes. Volví para cambiarme y regresé a la calle. Se me olvidó pintarme la sonrisa frente al espejo. No importaba con cuanta ropa de abrigo me tapaba, el invierno se me había colado dentro. Comenzó por dejarme frías las manos, gélidos los brazos, glacial el pecho… el corazón yerto.