Y me encontré en el silencio,
tras las naves quemadas,
tras la batalla perdida,
ausente ya mi compañero de duelos.
Y me encontré en el silencio,
morada de las desesperanzas,
único aposento de la soledad nacida,
destierro al que me ancló mi dueño.
Y me reencontré en el silencio.
(imagen: La Piedad, de Miguel Angel)