viernes, 24 de octubre de 2008

"Viaje hacia... la decencia"

Hace un par de días leí en el blog de Contrahecho ( Besos imaginados) un post titulado "Viajeros al tren". Me hizo recordar un escrito que he dejado aquí abajo y que nunca supe si era un relato, un cuento o unos versos. Si pasas por aquí Contrahecho, espero que te entretenga un rato.





Ya sin el encanto de los asientos de madera,
vagón tras vagón me encamino por esta senda.
Aún no me quito el abrigo, hacía tanto frío fuera
Que tengo la piel helada bajo estas caladas medias.
Dos niños, la madre y la abuela,
Apiladas tienen al fondo todas sus pertenencias...
Apenas me queda espacio... No puedo sentarme con ellas...
¿Me deja usted caballero sentarme frente a su maleta?
El movimiento me acuna y el día ya se ha dormido,
bajo tu persistente mirada me voy quitando el abrigo.
La madre lee aburrida, hace rato los niños sueñan,
yo respondo a tu mirada, a la abuela poco la queda.
La luz se volvió más tenue,y la noche nos gobierna,
me sigues con la mirada, la mía es descubierta.
Sonrío y me sonríes, de pronto me noto inquieta
Quiero hablarte y no se que decirte,
Dime algo, yo estoy dispuesta...
Si sigues mirándome así pasaremos la noche en vela.
Dormir no quiero tampoco en este viaje sin vuelta...
en una vida indecente serás mi última proeza.
A todos acuna morfeo, despierto ya nadie queda,
y dejo que veas mis ligas, estoy cruzando las piernas.
Busco y rebusco en el bolso ¿Dónde esta mi pitillera?
necesito jugar con las manos, me miras y no te acercas.
Sonríes y me provocas, voy descruzando las piernas...
Separadas ya mis rodillas, muy lejos la niña buena,
bajo la camisa apretada, dos montañas despuntan tersas.
Tu sonrisa dice en silencio que te agrada mi sugerencia.
Señorita no coja frío, retiraré mi maleta.
Acercarse puede si gusta, siéntese aquí, a mi vera.
Me aproximo y huelo tu aroma, de boca color de fresa
y tus labios regalan escuetas palabras
y en tu voz mi calor se embelesa.
Me apoyo en tu brazo robusto, cuerpo que desprende fuerza,
tu mano sedosa y firme se posa sobre mi pierna...
La mía busca la tuya y urgente bajo estas prendas,
la fiebre me calienta todo y la pasión llena las venas.
Nos tapas con el abrigo, ocultando la destreza
De tus largos dedos ágiles jugando entre mis caderas.
La respiración se entrecorta y en mi cara se refleja
el rubor de una granada ofrecida recién abierta.
Mi mano enreda en tu pecho, con una cruz de plata juega
No quiero decirte basta pues mi cuerpo lo desea.
Te lo suplico con la mirada... hazme estallar sin tregua,
y sin tregua comes mi boca como si la granada fuera
ahogandome en la garganta un gemido sin decencia.
Tu mano por la nuca el pelo suelto me agarra
Y colocas mi cabeza bajo el abrigo que cogimos por manta.
Tu cuerpo rígido se adentra hasta el fondo de mi alma
Ahora me demostrarás dices si sabes hacer y ser mansa.
Cual si fuera la última huida me entrego rauda a la hazaña
de notar entre mis labios el sabor de tu melaza.
Tu cuerpo se convulsiona y brotas por mi garganta.
Aún no ha salido el sol, has debido salir fuera
rápido me levanto y recojo mis maletas,
me acicalo como puedo, que fuera un trabajo me espera.
Se que no ha sido un sueño, imposible no existieras,
aún noto la humedad que me inundó bajo la tela.
Maria que bien que has llegado,
Me dice con voz muy tierna
el párroco que antes había
dando clases en mi escuela.
Te presento al reverendo
del que cuiudarás su hacienda,
veras que es un hombre de bien
a su servicio estarás contenta.
Y se gira un caballero, alto y de buena presencia
que me mira y sonriendo dice:
Encantado de conocerla.
Mis pies se quedan parados, hundidos entre la tierra,
la cruz de plata en tu pecho y un libro de Santa Teresa.
Hechas las presentaciones, dice el cura de mi escuela
Les dejo que vayan a casa, obedece a su vuecencia.
Mirarle a los ojos no puedo
al roce del aire el cuerpo me tiembla
Le sigo mirando al suelo hasta traspasar la puerta.
Su voz serena me dice sonando cual bello poema
De día serás Maria
decente donde las hubiera,
por la noche serás Magdala
y dormirás a mi vera.


(Foto de una biblia preciosa que heredé)