jueves, 4 de septiembre de 2008

Primera lluvia de septiembre, palabras.


Siempre pensamos que hay cosas que están al alcance de cualquiera que viva en tu misma ciudad. Cosas que no soportan ni costes ni impuestos. Sensaciones tan sencillas como salir de casa para mojarte con las primeras lluvias de otoño. Hoy me he dado cuenta que a veces ni esas cosas puedes permitirte porque tu cabeza va un paso más allá. Quizá puedas permitirte mojarte pero no tener un resfriado. Y te quedas mirando tras los cristales del portal o sales corriendo hacia el coche.Cuando no puedes dejarte mojar por el agua… estás atrapada.

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